sábado, 9 de enero de 2016

Argentina: Despedir para rebajar salarios

Por Martin Hacthoun

Gobierno de Maurico Macri
Buenos Aires, 9 ene (PL) Generar desempleo para entonces forzar una rebaja salarial parece ser el criterio que prevalece hoy en el equipo económico del gobierno de Maurico Macri en Argentina, a juzgar por varios economistas y una temprana ola de despidos.


"Macri quiere un desempleo del 15 por ciento o más para así obligar a los sindicatos a negociar salarios a la baja", opina el analista económico Roberto Navarro, con quien concuerda el director del Centro de Estudios Económicos y Sociales, Oscar Natalich.

En un editorial para el portal informativo El Destape, Navarro cita al flamante presidente del Banco Nación de Argentina, Carlos Melconian, quien recomendó despidos masivos de trabajadores estatales para achicar el gobierno, apertura de importaciones y caída del consumo.

Esa es la fórmula que propone Melconian, a quien Navarro identifica como el "verdadero ministro de Economía de Mauricio Macri".

"Con este nivel de salarios, Argentina es inviable: sólo vamos a comenzar a crecer bajándolos al menos un 40 por ciento. Y la única forma de negociar una baja real con estos sindicatos es llegar a un desempleo superior al 15 por ciento", manifestó el titular del Banco Nación.

Navarro, un popular comentarista económico televisivo que conduce el programa Minuto Uno en el canal de noticias C5N, afirma que ese criterio Melconian se lo manifestó al presidente el 24 de noviembre, dos días después del triunfo electoral de la Alianza Cambiemos, delante de dos miembros de su equipo económico.

La ejecución de políticas comenzando por el ajuste monetario indica que la recomendación del economista Melconian está siendo llevada a la práctica por el Ejecutivo.

En pocas semanas el Gobierno avanzó en esa dirección con varias medidas. Luego de la devaluación del peso argentino y la liberalización del mercado cambiario que quitó los controles sobre el dólar, sobrevino una ola de despidos.

Anunciado por el ministro de Gestión y Modernización, Andrés Ibarra, una nueva cartera creada por decreto de necesidad y urgencia (DNU), el gobierno lanzó un plan de despidos masivos de trabajadores estatales en todo el país.

En los ocho primeros días de este año la cifra de echados asciende a 12 mil, afirmó el secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), el docente Hugo Yaski, quien alertó que "esto es solo el comienzo" y dijo que presentarán una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo.

La vicepresidenta Gabriela Michetti, como titular del Senado, dejó en la calle de un plumazo a dos mil 35 empleados de esa casa legislativa y anticipó que vendrán muchos más despidos en todas las dependencias del Estado.

Navarro asegura que el plan gubernamental "contempla cargarse 200 mil empleos en dos meses, entre puestos nacionales, provinciales y municipales".

A su vez, el ejecutivo ordenó al Ministerio de Trabajo mantener una actitud pasiva ante cesantías en el sector privado. Hasta ahora, la cartera laboral intervenía de oficio ante la menor amenaza de pérdida de empleos, recuerda Navarro en su comentario.

Otras de las medidas del plan en desarrollo es abrir el grifo de las importaciones en áreas sensibles como textiles, indumentaria y calzado, sectores que pueden perder decenas de miles de puestos en poco tiempo y golpear a las pequeñas y medianas empresas argentinas.

Una cuarta es la suspensión de obras de infraestructura que, según empresarios del sector de la construcción, dejarán en la calle a 150 mil trabajadores.

Y la quinta medida que cita Navarro es el alza del precio de los alimentos y la eliminación de los subsidios a los servicios públicos.

Según los principales consultores, eso generará una caída del consumo en 2016 de 3,5 por ciento. "Con ese derrape se perderán otros 250 mil empleos", estima el analista.

Algunos dirigentes sindicales que apoyaron e instaron a sus afiliados a votar a Macri, como el titular del ala Azopardo de la Confederación General del Trabajo y líder de los camioneros, Hugo Moyano, comenzaron a reaccionar.

Luego que el ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay amenazó a los sindicatos a no arriesgar salarios a cambio de despidos, Moyano saltó.

El jefe del poderoso gremio de los camioneros dijo que el Gobierno no les va a meter miedo con el tema de los despidos y que en las negociaciones de los nuevos contratos laborales van a pedir el salario que corresponda según la carestía de la vida, afirmó el ahora dolido sindicalista.

Pablo Michelli, quien lidera el ala denominada Autónoma de la CTA y férreo opositor al gobierno de Cristina Fernández, reclamó el cese de los despidos estatales y pidió negociaciones libres de contratos laborales.

Michelli llamó ahora a la "necesidad de integrar un frente común de las centrales obreras argentinas".

En esta incertidumbre laboral, económica y monetaria comenzaron los argentinos el 2016, que no pinta nada halagüeño, y ya una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública refleja que el empleo, el salario y los precios se han convertido en la principal inquietud de la población.

lam/mh
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